Cuando Apple anunció el HomePod supe al instante que lo quería. No lo había oído, no sabía si me iba a gustar y encima era usuario de Spotify, pero un altavoz de Apple centrado en la música más que en el asistente de voz era una tentación muy grande para mí. De hecho, necesitaba un producto así (un altavoz musical) porque la escucha de podcasts y música con el iPhone puesto encima de la encimera de la cocina no me convencía últimamente y me estaba planteando comprar en algún momento un Sonos o algún altavoz parecido.