El mundo de los coleccionistas está lleno de rarezas. Para quien no lo sepa, mantener un producto en su embalaje original y sin abrir puede llegar a subir el precio en una subasta varios cientos de euros. Puede que miles. Sucede con juguetes, figuras coleccionables, cromos e incluso muñecas. Y, desde hace un tiempo, también sucede con la tecnología.
Quien tenga 9.500 dólares de sobra y ganas, puede hacerse con un iPhone 2G original, cosecha del 2007.